SISIFO CONTEMPORANEO
Todos los días intentamos encontrarnos con nosotros mismos. A veces con carácter colérico luchamos contra el mundo como si nos debiera ese derecho de saber quiénes somos, otros días nos arrastramos en la inmundicia, como sanguijuelas del dolor, esperando que en alguna succión nos dopemos lo suficiente para resignarnos a ninguna respuesta. Mis días favoritos son los felices, cada quien tiene la “adicción” perfecta, “distracción” para los moralistas, “motivación” para los positivos, “cosas que hacer” para los clasistas, en fin, ese algo que segrega los neurotransmisores consentidores de nuestra sobre valorada especie. Pero he mentido, los días que parecen creados por los Dioses, son justamente cuando no piensas en ellos. Y entonces todo lo divino nace, como agua de yacimiento, cristalino y sin dejar de fluir. Las dudas no se ocultan, porque no existen. No somos nosotros contra el mundo, ni en el, ni siquiera parte, somos uno solo. No somos parásitos en lagunas de autocompación, somos delfines en mar abierto. No somos creadores y esclavos de nuestra heroína azul, somos tan solo niños, fascinados como la primera vez que vimos un gusano, pensando e imaginando todo sobre el, menos su parecido con nosotros.
-L.R.